Primera convivencia de preparación del Camino de Santiago
El pasado 28 de Noviembre, los alumnos del Centro Universitario Sagrada Familia de Úbeda, disfrutamos de una convivencia para la preparación del camino de Santiago con nuestro gran amigo Antonio Ordoñez; jesuita con mucha experiencia y dedicación por todos los jóvenes.
Nuestro camino lo iniciamos, preparándonos físicamente, por lo que emprendimos nuestro camino desde el Centro Universitario hasta el Santuario de la Yedra. Este camino lo comenzamos en silencio, haciendo paso por el corazón nuestra infancia hasta llegar a nuestra vocación como maestros. Fueron momentos llenos de paz, miedo, inseguridad, felicidad, tranquilidad e inquietud por todo lo vivido y compartido con Dios. Además, no solo nos preparamos físicamente sino espiritualmente. Comenzamos nuestro cuaderno espiritual dejando por escrito nuestros sentimientos e inquietudes, con el propósito de conocer a nuestro propio Yo, para así ser aceptado con nuestros defectos y virtudes.
Al caer la tarde, realizamos el camino de vuelta al Centro Universitario. En él compartimos nuestra alegría e inquietud, donde tratamos de acompañarnos, dándonos apoyo, seguridad y confianza, desde la empatía, el afecto y la humildad. Para finalizar el día llevamos a cabo una Eucaristía compartida, donde cada uno de nosotros trató de resumir en una palabra el sentimiento con el que nos representábamos, el momento con el que nos reflejábamos y ofrecimos individualmente a una persona para que estuviera presente entre todos nosotros. Además, él nos recomendó realizar una “Revisión del Día”, dedicando un momento para ponerse en presencia de Dios, revisando lo ocurrido de este día; tanto por dentro como por fuera, dando gracias por las señales que Él nos envía, pidiendo perdón por los errores y fuerza para que hagamos notar esa actitud en los demás y finalizando con un Padre Nuestro.
Por último, queremos dar las gracias a Antonio Ordóñez por su compromiso y motivación con todos nosotros, por transmitirnos toda su energía, positivismo, entusiasmo y fuerza, para poder encontrar y descubrir en el Camino de Santiago, el verdadero sentido de nuestra vocación como maestros. Gracias por haber conseguido nuestra unión como grupo, motivación y confianza entre nosotros para hacer posible que todos consigamos nuestro propósito. Nos queda un largo proceso que hemos emprendido por diferentes grupos, tanto en lo relacionado con la logística como en lo espiritual.
Rocío López
(Alumna de 4º Grado de Ed. Primaria)
Nuestro camino lo iniciamos, preparándonos físicamente, por lo que emprendimos nuestro camino desde el Centro Universitario hasta el Santuario de la Yedra. Este camino lo comenzamos en silencio, haciendo paso por el corazón nuestra infancia hasta llegar a nuestra vocación como maestros. Fueron momentos llenos de paz, miedo, inseguridad, felicidad, tranquilidad e inquietud por todo lo vivido y compartido con Dios. Además, no solo nos preparamos físicamente sino espiritualmente. Comenzamos nuestro cuaderno espiritual dejando por escrito nuestros sentimientos e inquietudes, con el propósito de conocer a nuestro propio Yo, para así ser aceptado con nuestros defectos y virtudes.
Al caer la tarde, realizamos el camino de vuelta al Centro Universitario. En él compartimos nuestra alegría e inquietud, donde tratamos de acompañarnos, dándonos apoyo, seguridad y confianza, desde la empatía, el afecto y la humildad. Para finalizar el día llevamos a cabo una Eucaristía compartida, donde cada uno de nosotros trató de resumir en una palabra el sentimiento con el que nos representábamos, el momento con el que nos reflejábamos y ofrecimos individualmente a una persona para que estuviera presente entre todos nosotros. Además, él nos recomendó realizar una “Revisión del Día”, dedicando un momento para ponerse en presencia de Dios, revisando lo ocurrido de este día; tanto por dentro como por fuera, dando gracias por las señales que Él nos envía, pidiendo perdón por los errores y fuerza para que hagamos notar esa actitud en los demás y finalizando con un Padre Nuestro.
Por último, queremos dar las gracias a Antonio Ordóñez por su compromiso y motivación con todos nosotros, por transmitirnos toda su energía, positivismo, entusiasmo y fuerza, para poder encontrar y descubrir en el Camino de Santiago, el verdadero sentido de nuestra vocación como maestros. Gracias por haber conseguido nuestra unión como grupo, motivación y confianza entre nosotros para hacer posible que todos consigamos nuestro propósito. Nos queda un largo proceso que hemos emprendido por diferentes grupos, tanto en lo relacionado con la logística como en lo espiritual.
Rocío López
(Alumna de 4º Grado de Ed. Primaria)